!Los participantes en la Vendée Globe llevan ya 31 jornadas en regata! Un buen mes de competición en el que se ha visto casi de todo: desde tempestades a calmas o temperaturas tropicales para pasar a frío polar.
Un mes de soledad también en el que no han visto persona alguna -a excepción de Dominique Wavre y Jean Le Cam, quienes el viernes pasado se saludaron a la vista de una ola, ofreciendo unas espléndidas imágenes de sus respectivos barcos-.
Paradojas de las regatas de altura: los patrones tienen tiempo de hablar para la radio cuando el barco vuela a más de 25 nudos y surfea entre olas de cinco metros, y sin embargo son incapaces de mantenerse al teléfono más de dos minutos cuando el viento brilla por su ausencia y el barco se balancea en un confuso mar de fondo.
Así que, ayer por la mañana, apenas se pudo hablar brevemente con Dominique Wavre; un Dominique que se encontraba la encrucijada de estar en el centro del anticiclón y tener que salir a cubierta a toda prisa, para ponerse al timón y trimar sus velas.
«Me ha quedado aquí atrapado, a cero nudos de velocidad, durante un buen rato. Ha sido horrible. Incluso rompí mi Código Cero al engancharse con el aparejo. Lo he reparado con fibra cuben adhesiva. Pero la verdad es que estoy muy irritado, porque Jean Le Cam y Mike Golding –que ayer solo estaban a 100 millas de mi posición- volaron; se las arreglaron para escapar. ! Anticiclón sagrado! ».