Dominique Wavre en la hora de las elecciones

Dominique atraviesa en este momento la zona de convergencia intertropical, conocida como de calmas ecuatoriales o “Pot au Noir” en francés, una denominación que data del siglo XIX y que designa una situación poco clara y peligrosa.

Esta zona de calmas cercana al ecuador es concretamente un cinturón de zonas de bajas presiones que rodean la Tierra, de un grosor variable en varios cientos de kilómetros de norte a sur. Está formada por la convergencia de las masas de aire cálido y húmedo anticiclónico proveniente de los trópicos y transportadas por los vientos alisios y se caracteriza por presentar formaciones importantes de nubes cumulonimbos. La consecuencia son los chaparrones, las tormentas rachas bruscas e inesperadas así como calmas interminables.

“Este año, el Pot au Noir se encuentra activo. Esto quiere decir que hay grandes masas nubosas en dos niveles y que la situación es bastante compleja. Trabajo sobre esta zona desde hace unos días ya que el lugar por donde se franquee es determinante para lo que viene a continuación. He llevado a cabo además diversas simulaciones de rutas a diez días vista, para comenzar a estimar mi entrada en los mares del sur, ya que el posicionamiento actual tiene un impacto a largo plazo”, explica Dominique.

El regatista suizo navega actualmente en el corazón de un trío, junto a Jean Le Cam y Mike Golding, dos compañeros a quienes conoce bien y con quienes mantiene excelentes relaciones. “Mike navega en un velero diseñado por el mismo arquitecto que el mío, pero de una generación más nueva. Jean navega con el antiguo velero de Loïck Peyron, que también es excelente, pero no nos hemos visto. Nos encontramos muy cerca en la clasificación, pero al mismo tiempo separados en longitud y no me he comunicado con ellos. Sí he intercambiado algunas palabras con Jérémie Beyou. Siento realmente los problemas que ha tenido con la quilla de su barco, que me traen malos recuerdos. Aquí va todo bien. Todas mis velas se encuentran en perfecto estado y no se ha roto nada serio. Paso unas dos horas al día haciendo bricolaje, el cuidado del velero y la reparación de pequeños detalles, pero esto no me ha frenado. Tengo la suerte de contar con un velero que ha estado perfectamente preparado por todo mi equipo y esto se nota”, añade.

Les commentaires sont fermés.