Dominique Wavre, tranquilo a una semana de la salida de la Vendée Globe, a pesar de la dimensión de la tarea que le espera

El patrón del velero Mirabaud tomará parte en la salida de su décima vuelta al mundo en competición el próximo 10 de noviembre. Repasamos algunas de las dificultades que le esperan.

El tripulante suizo Dominique Wavre tomará la salida el próximo 10 de noviembre de la Vendée Globe 2012. Wavre está en el puerto francés de Les Sables d’Olonne desde el pasado 19 de octubre, se encuentra tranquilo y afirma que nunca ha conseguido “un nivel de preparación como éste a una semana de la salida de una gran regata”.

La vuelta al mundo en solitario sin escalas ni asistencia tendrá lugar el próximo 10 de noviembre a las 13h02. Desde ese instante y durante tres meses, Dominique Wavre será el único dueño de su destino y permanecerá en alerta las 24 horas del día, navegando al máximo del potencial de su velero durante no se sabe cuánto tiempo, a velocidades medias superiores a 18 nudos.

El navegante se encontrará con tormentas y calmas, pasará de la humedad de la Vendée en Francia al calor tropical, antes de adentrarse en los mares del Gran Sur.

El sueño del navegante se reducirá a distintas proporciones: periodos de reposo cortos, que sumarán como máximo 4 ó 5 horas en las mejores condiciones. De forma general, pasará de estar tumbado en su sillón de guardia a manejar la instrumentación de a bordo, siempre vestido y preparado para llevar a cabo la siguiente maniobra.

Lo esencial de los días y de las noches de Dominique Wavre será consagrado al manejo de su velero, al reglaje del barco y al análisis de la meteorología, sin olvidar la estrategia de la regata. El patrón deberá igualmente reparar las eventuales averías, filmar, fotografiar y participar en las conexiones de radio con el comité de regata. Deberá cuidar de su salud, su condición física y su alimentación. Con el fin de soportar la amplitud de la tarea, consumirá entre cuatro y cinco mil calorías por día según las condiciones meteorológicas y de la zona geográfica en que se encuentre.

“No tengo aprensión. Tengo muchas ganas de tomar la salida. Estoy excitado ya que la Vendée Globe es una aventura y una regata extraordinaria. Estoy acostumbrado a esos momentos que preceden a la salida. No estoy nervioso porque sé adónde voy. Tengo la experiencia y me encuentro tranquilo”, confiesa Wavre.

Tras haber tomado la salida, los competidores deberán en un primer momento cruzar el Golfo de Vizcaya, que sufre tormentas otoñales en el mes de noviembre y donde el mar es abrupto por la falta de profundidad.

A continuación, se adentrarán en la zona de alisios del nordeste,  que les empujarán a un ritmo más rápido en dirección al ecuador y al famoso “agujero negro”, con sus calmas legendarias y sus destellos. Comenzará a partir de entonces una nueva regata que les llevará a gran velocidad en dirección a los mares del sur que les esperarán a partir del mes de diciembre y en cuyo seno se toparán con los vientos del Gran Sur, los cuarenta y los cincuenta rugientes y temperaturas a menudo glaciales.

El Gran Sur es la región más salvaje e inhospitalaria del planeta. Es además la que los patrones de la Vendée Globes, sobre todo Dominique Wavre, aman más. Dominique declara que se siente atraído por el Gran Sur como por una amante. Por su belleza, su naturaleza salvaje y su imprevisibilidad. Todo esto podrá seguirse en directo a partir del 10 de noviembre.

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