Los participantes de la Vendée Globe se adentran en su 37 jornada de competición y se aproximan a grandes pasos a la mitad del recorrido. Dominique se encuentra ahora al suroeste de Australia, en la latitud 42° y ha recorrido no menos de 10.000 millas náuticas desde la salida de la regata, el 10 de noviembre y le quedan otras 14.000 millas por recorrer. Son cifras impresionantes que ilustran la intensidad de la tara a la que se enfrentan los tripulantes.
La Vendée Globe es una regata planetaria, una prueba de resistencia y de gestión de la fatiga, tanto para los patrones como para sus embarcaciones. “Ahora mismo me encuentro bastante descansado, pero debo llevar a cabo numerosas maniobras ya que las condiciones son bastante irregulares. Está claro que es bastante agotador”, explica Dominique.
Las ‘noches de sueño’ de Dominique están compuestas de numerosas siestas de media hora, tal y como relata el patrón suizo: “Pongo el despertador a los treinta minutos y compruebo cada vez mi posición, rumbo y la fuerza y el ángulo del viento. Salgo a cubierta una de cada tres veces para llevar a cabo un ajuste. A veces, la modificación que hay que llevar a cabo es evidente, por ejemplo, si ha habido un cambio importante durante el tiempo en que estaba dormido. Pero otras veces, los cambios son mucho más sutiles así que lo hago por ‘feeling’ “.