Tras una travesía del Pacífico sur marcada por los problemas de salud de Michèle Paret que sufre una anemia desde hace semanas, la tripulación del Mirabaud recupera poco a poco la buena forma y regresa a la configuración de regata a dos para la última etapa de la Barcelona World Race: la subida por el Atlántico seguida de la travesía del Mediterráneo con destino a Barcelona.
“Vamos cada vez mejor y el estado de Michèle ha mejorado claramente en estas últimas horas”, explica Dominique. “Acabamos de llevar a cabo una maniobra y Michèle ha subido al puente conmigo. Sigue fatigada y después de este esfuerzo, ahora descansa, pero ha sido la primera vez en una semana que ha podido salir a cubierta para ayudarme a realizar una maniobra”.
El Mirabaud navega codo con codo con el barco español Estrella Damm y se dispone a subir el océano Atlántico con energías renovadas. “La situación meteorológica es muy compleja y seguro que nos encontraremos con buenas oportunidades”, comenta Dominique, que vuelve a interesarse por lo que sucede delante de ellos. “Vamos a aprovechar todas las oportunidades posibles para ir al ataque de los veleros que navegan por delante del Mirabaud”.
Al contrario que muchos de los competidores de la flota, el Mirabaud no ha tenido grandes problemas técnicos desde la salida de la regata el 31 de diciembre y se adentra en el Atlántico en plena forma. “No estamos aún al cien por cien de nuestra capacidad, pero el barco sí se encuentra en plena forma así que ahora soy mucho más positivo sobre lo que nos queda de recorrido de lo que lo era antes de doblar el cabo de Hornos”.
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