El paso del estrecho de Cook ha comprimido las diferencias en la flota y ha provocado de alguna forma un nuevo arranque de esta vuelta al mundo. A excepción de los dos equipos líderes, que se alejan unas mil millas, el grupo perseguidor lucha por las siguientes posiciones en una zona de 600 millas. “Esto no cambia las cosas demasiado para nosotros”, explica Dominique. “Estamos metidos de lleno con las condiciones actuales”.
Michèle Paret se recupera de los problemillas de salud que arrastra desde su travesía del océano Índico. “Por una vez y sin que sirva de precedente me siento delante del teclado sin mi luz frontal porque es de día”, relata la co-patrona del Mirabaud. “Puede que sea el cambio de longitud el que modifica mis pequeños hábitos. Hemos cruzado el antemeridiano y esto siempre genera profundas reflexiones y una pequeña desorganización, les aseguro que bajo control, en la gestión de nuestros relojes y calendarios varios que llevamos a bordo y que hay que poner al día imperativamente, para evitar el desajuste con el resto del mundo.
En este caso y si entra en juego la fatiga y la lógica de la situación no aparece con una evidencia extrema, sólo queda una solución: recurrir al GPS. Un pequeño control solamente sirve para verificar que las polaridades en el cerebro se han dado la vuelta y que ahora en lugar de llevar 12 horas de avance con el horario de Barcelona llevamos 12 horas de retraso.
El color de la postal de este 25 de febrero es un gris claro. El viento es del suroeste y amaina y el Mirabaud descansa. El piloto automático dirige la ruta y nosotros dirigimos al piloto con nuestro dedo índice. Ya pueden imaginarse que no es una situación de las más estresantes, ni agotadoras que hemos vivido, salvo por nuestros dedos índices… Y nos permite descansar algo en el ecuador del recorrido de la Barcelona World Race y de acumular horas de sueño sin ningún problema, prueba de que nos hace falta el descanso.
Seguimos vigilando el ciclón Atu, que desciende hacia el sur. El Mirabaud será capaz de evitarlo pasando ligeramente delante de su trayectoria. En ese caso nos encontraremos con vientos fuertes pero manejables. En cambio, en nuestra ruta se presenta de nuevo una zona de altas presiones… Esperamos que esto no nos frene demasiado y, si fuera así, deberíamos de revisar nuestro plan”, concluye Michèle.
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