Dominique Wavre y sus competidores se encuentran actualmente bordeando el anticiclón de Santa Helena por el oeste y se enfrentan al siguiente dilema: acortar el recorrido lo más posible con el objetivo de reducir la cantidad de millas a recorrer o adoptar una ruta más larga y rápida.
“Éste es un periodo de transición. Aún hace calor (el termómetro marca 25 grados) pero ya no nos encontramos en medio de un régimen tropical. Se trata de una zona atemperada que es la transición antes de los mares del Sur. Este pasaje es duro de negociar y requiere atención en todo momento. En breve, incluso tocaremos los vientos el sur, que son muy fríos, y entraremos a partir de ese momento en el régimen de los mares del sur. Aún no hemos llegado, pero no tardaremos nada”, explica Dominique.
Dominique está preparado para afrontar esta nueva etapa de la competición. El Mirabaud se encuentra en buen estado y su patrón ha llevado a cabo todas las verificaciones necesarias, tal y como detalla: “De hecho, sigo al pie de la letra las indicaciones de Michèle que me envía a diario qué elementos debo controlar y qué puestas a punto he de llevar a cabo. Antes de enviarme sus recomendaciones, Michèle consulta lo necesario con nuestros proveedores con el objetivo de enviarme informaciones precisas. Luego recibo una lista de acciones muy detallada que se añade a la que yo observo sobre el velero. He hecho bastante bricolaje en estos últimos días y ahora he parado un poco. Han sido sobre todo verificaciones rutinarias”.
Dominique navega actualmente con viento de través con la vela mayor completamente desplegada y el génova, a unas millas de las islas de Martín Vaz. “Todavía aprovecho el calor, pero desgraciadamente no podemos almacenarlo”, comenta.