Los participantes de la Vendée Globe han recorrido más de 1.500 millas desde la salida el sábado y navegan a la altura del estrecho de Gibraltar acercándose a las islas Canarias. Han cambiado de sistema meteorológico, pasando del frío y la humedad del golfo de Vizcaya a la suavidad de los alisios del nordeste. Aún llevan el traje de aguas puesto, pero no por mucho más tiempo: los patrones van a poder secarse pronto y pasearse con una camiseta sobre la cubierta del barco. Todo esto en menos de cuatro días, impulsados por el viento, y en solitario…
« Comparado con mis otras experiencias, es cierto que hemos salido de forma muy rápida, y ahora nos preparamos para abordar una fase de la regata que es generalmente más agradable desde el punto de vista climático, con temperaturas en alza, vientos controlables y una marejadilla manejable. En cambio, el viento ha amainado en las últimas horas y yo preferiría surfear sobre las olas bajo el gennaker », analiza Dominique.
Como suele ser el caso, el viento se ha debilitado en la cola de la flota en un primer momento, ralentizando a Team Plastique, Energa, Votre Nom Autour du Monde e Initiatives Cœur. Sam Davies, Dominique Wavre y Arnaud Boissières se han visto afectados más tarde, al principio de la noche, mientras que ha alcanzado al grupo de cabeza esta mañana. La consecuencia lógica es que las distancias han aumentado al comienzo de la noche.
Dominique y sus rivales se beneficiarán muy pronto de un reposo (evidentemente, reposo muy relativo…) bien merecido tras las tres semanas pasadas en Les Sables d’Olonne, la salida -siempre estresante para los patrones- y la travesía del Golfo de Vizcaya. « Vamos a aprovechar lo mejor posible estas condiciones clementes, ya que esta situación no durará », concluye Dominique. Sobre todo teniendo en cuenta que se acerca un ciclo tormentoso previsto a partir de mañana.