Esta semana marca el final de una sesión de entrenamiento intenso, durante la cual Dominique Wavre y su equipo habrán recorrido hasta 1.000 millas náuticas a lo largo de la costa de la Bretaña francesa y del Golfo de Vizcaya con el fin de validar todas las modificaciones llevadas a cabo durante el pasado invierno. “Estamos muy satisfechos con todos los cambios efectuados. Lo único que lamentamos es no haber podido navegar con condiciones duras”, precisa Dominique.
El Mirabaud saldrá ahora del agua con el fin de perfeccionar su carena y de poner su nuevo antifouling (proceso de desincrustar la suciedad del casco) de cara a la Vendée Globe. El aparejo será enteramente verificado. Se prevé que las labores duren unas dos semanas. A continuación el Mirabaud será de nuevo depositado en el agua y Dominique y Michèle llevarán a cabo una sesión de navegación ininterrumpida de 10 a 12 días y con el fin de que el patrón perfeccione los últimos detalles.