Dominique Wavre y Michèle Paret han terminado de bordear la barrera australiana y pueden por fin elegir su ruta hasta el estrecho de Cook en Nueva Zelanda, que cruzarán muy probablemente entre el 23 y el 24 de febrero.
“Michèle duerme; está bastante cansada ya que ha pasado varias horas a la caña. La temperatura ha caído mucho en los últimos días y las horas en el puente se hacen pesadas por el frío”, relata Dominique, que no se olvidó ayer de felicitar ayer a su co-patrona con motivo de San Valentín.
“El piloto automático ha tomado ahora el relevo y yo me ocupo de planificar nuestra ruta. Navegamos bajo espí con 20 nudos de viento. Ahora vamos muy rápidos y sentimos una verdadera liberación al no estar limitados por las puertas de seguridad. Dicho esto, anoche pasamos a 20 millas al norte de un gran iceberg que nos ha recordado de una forma muy concreta el porqué de la existencia de estas puertas”.
El velero Neutrogena de Boris Herrmann y Ryan Breymaier se ha vuelto a situar al alcance del Mirabaud gracias a condiciones favorables. “Nuestro ‘match’ contra ellos continúa y sigue siendo muy intenso”, cuenta Dominique. “Nuestras rutas son paralelas; ellos navegan a una veintena de millas al norte a la misma velocidad que nosotros. Esto añade sin duda un punto de emoción”.
Hace tres semanas los competidores de la Barcelona World Race entraron en el ‘Gran Sur’. Tres semanas de un horizonte cubierto, cielo gris, humedad, borrascas, mala mar y ruido ininterrumpido en el interior del casco de carbono. Tras el Índico llegará el Pacífico… y otras tres semanas en el mismo horizonte hostil. La llegada al mar de Tasmania romperá algo esta rutina y abrirá un esperado paréntesis antes de entrar de lleno en el Pacífico Sur.