Tras una travesía por el Mediterráneo marcada por condiciones de viento débil, muy variable y funcionarios de aduanas marroquís, el Mirabaud conseguía ayer con éxito franquear una primera zona de bajas presiones antes de virar y poner rumbo al sur, en la tercera posición de la Barcelona World Race, dejando atrás una gran flota de competidores.
“Nos encontramos en plena transición desde ayer”, relata Dominique. “En la práctica, esto significa que el viento ha pasado desde el sudoeste al oeste, y actualmente al nordoeste aunque con bastantes roles”. La consecuencia es que los cambios de vela son necesarios cada poco, hay que reglar las velas permanentemente y la falta de sueño les persigue desde la salida.
La flota se dirige ahora hacia el sur. El Mirabaud dejaba ayer Madeira a estribor mientras que los dos barcos que siguen de líderes, Virbac Paprec 3 y Foncia, pasaban por el oeste evitando que la isla les desventara.
Una vasta zona de altas presiones se ha instalado al oeste de la costa africana, lo que ralentiza la flota y acentúa las condiciones irregulares en un lado y otro. “Ayer nos mojamos y nos movimos sin parar…” explica Michèle. “Sufrimos la falta de confort, pero vamos acostumbrándonos. Tenía ganas de volver a ver el sol y vivir condiciones algo más agradables, así que ahora estamos encantados. El piloto automático funciona muy bien, lo utilizamos un 50% del tiempo aproximadamente. Intentamos economizar energías ya que nos persigue una multitud de competidores con ganas y debemos mantenernos lúcidos y atacar en el buen momento además de tomar las decisiones correctas”.
Los alisios del nordeste deberán de llegar próximamente y llevar a los competidores hasta la siguiente dificultad: las calmas ecuatoriales. “Aún no tenemos clara la estrategia de paso por esta zona, pero observamos la situación de cerca”, confirma Dominique.